Tendemos a pensar que las obras no alcanzan su madurez hasta que se acaban y se entregan a sus moradores, del mismo modo que consideramos que los hijos se hacen mayores cuando se emancipan y se van de casa.
Sin embargo, puede que este hecho se produzca mucho antes, cuando el proyecto debe mostrarse para subsistir, del mismo modo que los hijos reivindican su independencia mucho antes de marcharse.
El pasado 12 de mayo tuvimos la ocasión de presentar el Proyecto de la Nueva Estación de Alta Velocidad de Loja en el Ayuntamiento de dicha localidad.
Pese estar aún en fase de desarrollo fue interesante ver cómo el proyecto decidió valerse por sí mismo y empezó a caminar en solitario.
Con independencia de la calidad o no de una obra, parece un pequeño milagro que unos cuantos planos puedan tener vida propia; quizás porque contienen parte de la nuestra...
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