viernes, 8 de abril de 2011

El cajón de las ideas

Contaba un antiguo maestro que tenía un gran cajón en su despacho, justo al lado de su mesa de trabajo.

Cada vez que en su deambular por la vida encontraba algo que le interesaba, el maestro tomaba una foto y la guardaba en su cajón.
El cajón permanecía siempre cerrado y nadie más tenía acceso a él.

Algunos días el maestro, abría el cajón y vaciaba todo su contenido sobre la mesa.
Con la paciencia de un relojero, procedía a revisar minuciosamente cada una de las imágenes. Luego, una vez vistas todas, las guardaba de nuevo en el cajón sin orden alguno.

El maestro repitió este ritual durante años, cada vez con más y más fotos, hasta que llegó un día en que al ver las imágenes de nuevo sobre su mesa, descubrió que no recordaba ninguna de ellas.

Fue entonces cuando decidió avisar a sus amigos para que vinieran a verle. 
Una vez reunidos en su despacho, el maestro vació el cajón y repartió las fotos entre todos los asistentes.
Los amigos, al llegar a sus casas, vaciaron un cajón y guardaron en él las imágenes del maestro.